Llega un tío a una comida de etiqueta con protocolo y todo eso, y en medio de la comida le asalta un dolor de estomago terrible, al ver que no puede más decide tirarse un pedo, y para disimular según se lo tira, tose, pero le sale un gargajo y le empieza a picar la garganta. Así que el tío estornuda, con tan mala suerte que le quedan dos velas colgando de la nariz, de unos cinco centímetros cada una.
El tío nerviosísimo por la situación decide sorberlas, pero le da tanto asco que va y vomita encima del plato.
Es justo en ese momento cuando se levanta el anfitrión y le dice:

¡Qué! ¿Con las orejas no sabe hacer nada?


El marido, totalmente borracho, le dice a su mujer al acostarse:

- Me ha sucedido una cosa curiosa. He ido al baño y al abrir la puerta se ha encendido la luz automáticamente.

- ¡La madre que te parió! ¡Ya te has vuelto a mear en la nevera!


- Doctor, me pasa una cosa muy extraña. Tengo unas ventosidades impresionantes, pero son absolutamente inodoros.

- ¿Cómo dice?

- Pues que me tiro unos pedos que hacen un gran ruido, pero no huelen nada.

- A ver, tírese uno.

Efectivamente, el ruido es estruendoso. Los cristales de la consulta vibran.

- Es muy grave. Hay que operar inmediatamente.

- ¿Del trasero?

- No. De la nariz.




Va un borracho por la calle, cuando le entran ganas de mear.

Ve un jardín y se mete en él a mear; después, le dan ganas de cagar. Mientras caga lo ve la dueña del jardín. Baja furiosa y comienza el siguiente diálogo:

Señora: "¡Pero que es esto!."

Borracho: "Mierda."

Señora: "¿Cómo?

Borracho: "Coma..."

Señora: "¡Esto es demasiado.!"

Borracho: "Coma la mitad..."





Están dos borrachos muy borrachos apoyados en un árbol.

Va uno se agacha, toca algo con el dedo, lo chupa y le dice al otro:

"Aquí abajo hay algo que shabe a fresha."

El otro, que también lo toca y chupa...

"Si, pero no shabe a fresha, shino a pera."

"Que no machio, que shabe a fresha."

Así se pasan un rato hasta que amanece y con la luz, ven que es una cagada de perro.

-Mira, que no era ni fresha ni pera, shino una cagada.

-Que shuerte que no la pishamosh, ¿eh?





Un borracho va caminando por la calle, de pronto ve en el suelo algo redondo que brilla.

Se agacha y es un enorme escupitajo, pero él dice:

"¡Qué suerte, una medallita!"

Al levantarlo, la babilla queda colgando y exclama:

"¡Y con cadenita!"