En el cine

Hurgaba en mis bolsillos sin encontrar la respuesta adecuada. Después rebusqué en mi mente, tampoco descubrí gran cosa. Los que me rodeaban tenían la mirada fija en no sé qué mierda de película, no comprendía la razón de mi súbito desasosiego, me faltaba algo. Algún fotograma de aquella cinta me lo había recordado mientras pensaba en otra cosa, no supe registrar el momento exacto.

Me sentí desgraciado. Intenté compensar la desdicha haciendo recuento del acumulo de propiedades, grandes y pequeñas, que había atesorado a lo largo de mi vida. A veces, este ejercicio actuaba como un bálsamo en situaciones parecidas, esta vez no. Mi ansiedad seguía en aumento. De repente la memoria me devolvió la imagen. Era un tipo muerto, en pelotas; desnudo y muerto en mitad de una playa. Un moro al que una patera primero y las olas después habían arrojado a este lado del mundo en que me encuentro tan cómodo y del que me marcharé tan en pelotas como él.

 

Fer 2003