De las muchas soledades
que almaceno en mi memoria
guardo instantáneas, castigos,
sobornos, y otros desprecios
Y escondo mi guante blanco
en mi mesilla de noche
para probar alguna día
el reto a muerte a la vida
En mi refugio cristal
pasaron horas de hielo
dura escarcha que empañaba
mi ventana de mirar
Tejí silencios ahogados
sobreviviendo de noche
olvidé besos de agua
que fueron cauce, derroche.
Soledades retornando
a mi memoria bastarda
que tras el secuestro vil
de mi vida siempre fría
no se avergüenzan en ser
parte de memoria viva
Como quien caza un trofeo
la eternidad me hizo suya
dime que no estás ahí
soledad, filo de hielo
no vuelvas a destruir
a mi triste
corazón de invierno
|