La cigarra y la hormiga

Llegaba la primavera
y la cigarra cantaba
y la hormiga trabajaba
pensando en lo que viniera.

Y la hormiga se alegraba
de oír bonitas canciones.
Fabricábale ilusiones
el canto de la cigarra.

Y si en la hilera esforzada
por el trabajo diario
pensaba en abandonarlo
la hormiga canturreaba.

O si enferma se encontraba
sin salir de su hormiguero
oír la cigarra hiciera
que la hormiga mejorara.

Si después de una jornada
de fatigosa labor
recordaba una canción
la vida la recobrara.

En duros días de encierro
el canto de la cigarra
convertíase en el arma
que vencía el confinamiento.

Y también la acompañaba
en tristes días de duelo
acercándole del cielo
la luz del que se alejaba.

O si defender tocaba
la puerta del hormiguero
su valor era el primero
si la cigarra cantaba.

Querida hormiga esforzada
si cuando llegue el invierno
ves que llega a tu hormiguero,
hazle un sitio a la cigarra.

A todas las cigarras que se dejan la vida en mejorarnos la nuestra.

Pedro Moreno Corpas