La deuda

Y no quieren tu alma en el contrato
por mostrarse intangible y pasajera.
La vida por vivir sería el trato
Y aquello que tu vida produjera.

Por hijo de la luna has acordado
entregar al primer hijo que tuvieras,
Mas no para el amor, llegado el caso,
sino como aval de vida que sirviera.

Quimera de un futuro más holgado.
El sueño de una casa en que pudieras
sentir con tu familia enamorado
las flores que nacen en primavera.

Un tórrido verano secó el árbol,
aquél que con sus ramas os sustenta.
El paro dejó inútiles tus manos
e inútiles y absorto las contemplas.

Ayer llegó la carta del juzgado
que quiere resolver vuestra hipoteca.
Exige que le entregues de inmediato
tu vida, si con vida pagar puedas.

La angustia paraliza tus sentidos.
Dejas de respirar porque no encuentras
sentido a que se torne de más plazos
aquello que más plazo ya no tenga.

Una voz dice papá y se te ha helado
el alma intangible y pasajera.
Recuerdas el aval que has concertado
que tu hijo, en de la luna, se convierta.

El edificio que escogiste no es muy alto
de un barrio que se encuentra en las afueras.
Planta baja del local, ese es el banco
que tus sueños intercambia por miseria.

Para qué molestarse en hacer alas
Si tú sabes que ya Ícaro no vuela.
Un suspiro, un impulso, una lágrima
en la cera se saldó toda la deuda.

Pedro Moreno Corpas