No me reconozco

No me reconozco,
el espejo, una imagen carcomida,
escupe una alma dormida
en la que no me reconozco.

Reflejo tenue, ¡herida!,
restos de una rama caída
y no me reconozco.

Como tampoco me reconozco
en ese gesto tosco,
ni en esa mirada rendida.

Finalmente, repito.

No me reconozco,
el marco, ¡cierra la salida!,
encerrando una rabia contenida
en la que no me reconozco.

¡Prisión!, cárcel temida,
conviertes en imposible la huida
y no me reconozco.

Como tampoco me reconozco
en el instante en el que crezco
en esa mirada tristemente perdida.
No me reconozco.

Miguel Angel Alonso Diz