Nacía dentro de mí
Y ya pugnaba
Por manchar el papel
a borbotones.
Desnuda la sentí
e imaginaba
Su cuerpo de mujer
en mis temores.

No la sabía vestir
ni razonaba
el roce de su piel
en mis renglones.
Su simple estar allí
me anonadaba.
Tímido la oculté
de sus lectores.

Mas quiso ella salir
Y yo miraba
palabras en tropel
de mis cajones.
¡Que hermoso era vivir!
me interpelaba
aquella inmadurez
de un verso torpe.

Hoy se os muestra así
Desarropada
Salida de un pincel
Sin más colores
Que llueva si es abril
Y ya mojada
Nos traiga a este mantel
Todas sus flores.